Esto también pasará
Cuenta una leyenda que hace muchos años, un Rey de un poderoso reino convocó a sus sabios y consejeros, y les dijo: “He encargado a mis joyeros un precioso anillo, en el que deseo grabar una frase que me ayude e inspire en mis momentos desesperados. Una frase que me ayude a tomar decisiones. Una frase que me ayude cuando me sienta perdido. Una frase que me ayude a ser un Rey más justo, sabio y compasivo.”
Sus asesores y consejeros, los sabios más cultos del reino, se dispusieron a escribir las frases más extraordinarias. Pero el Rey las rechazaba, no le llegaban, no eran suficiente.
Como suele ocurrir en las leyendas, apareció, de no se sabe dónde, un anciano, humilde, pero que de algún modo transmitía seguridad y sabiduría. Le dijo:
“-Majestad, ha llegado a mis oídos que busca una frase, la Frase que le sirva en las situaciones complicadas de la vida.
-Efectivamente, – contestó el Rey. – ¿Crees que puedes ayudarme?
-Tengo la frase en este papel.
El Rey, raudo e impulsivo, se dispuso abrirlo; pero el anciano le dijo que no podía leerla hasta que estuviera en una situación desesperada. Sin saber muy bien por qué, pero sintiendo la certeza de que debía seguir el consejo del anciano, guardó el papel, y además le ofreció al anciano ser su acompañante.
Unas semanas más tarde, el Rey se vio metido en una gran emboscada. ¡Estaba desesperado! ¡Huía con su corte por el bosque, tratando de escapar de quienes le perseguían! Pararon en un claro, miró al anciano, que a su vez le miraba tranquilo y confiado, y recordó el papel. Lo sacó, lo leyó. Decía:
“Esto también pasará”.
El desconcierto que sintió en un primer instante, poco a poco se transformó en calma y confianza. ¡Efectivamente! ¡Esto también pasará! El Rey estaba entusiasmado. Casi de manera automática respiró profundamente, aliviado.
-¡Gracias, gracias! -le repetía una y otra vez al anciano. – Esta es la clave. ¡Por fin!
A lo que el anciano respondió, sonriendo, lleno de amor y compasión:
–Esto también pasará.
Aunque no lo creamos, aunque estemos en un el peor de los momentos, hemos de tener la certeza de que todo pasa. Lo único que permanece es el cambio, como dijo hace ya mucho tiempo el sabio griego. Todo pasa. Ese momento terrible pasa. Pero ese momento de extrema excitación y placer también pasa.
No existe el placer sin el dolor. Ni la alegría sin la tristeza. Ni el valor sin el miedo. Es la VIDA. La VIDA en la que TODO PASA, y por la que todo pasa.
Esto que tanto te preocupa ahora… también pasará.
Y eso que tanto te gusta ahora… también pasará.
No desesperemos, no desconfiemos. La vida siempre tiene un final feliz. La vida siempre tiene un FIN perfecto. Cuando estemos en una situación difícil, seamos conscientes de lo temporal de la situación. Esperemos a que pase el nubarrón. Y cuando estemos disfrutando y nos vengan quizás pensamientos de «esto se va a acabar», o nos sintamos tentados a agarrar fuerte a esa persona o a esa emoción o a ese momento, recordemos también que esto también pasará. Disfrutemos entonces de cada instante agradable, sin miedo. Y esperamos confiados en los momentos incómodos.
Conclusiones:
Tantola aceptación comola templanza son fundamentales para nuestro bienestar emocional. Muchas veces nos vemos en situaciones muy difíciles, a punto de entrar en la desesperación, como el Rey ante sus enemigos: el estrés diario, las preocupaciones del día a día, el trabajo, llegar a fin de mes, … se nos hace todo un mundo y perdemos la perspectiva; pero hay que tener siempre presente: "esto también pasará". El Rey ante una situación muy difícil se sumió en la desesperación, pero la conciencia de que esa emoción era pasajera le ayudó a dejarla pasar, a recuperar la calma mental: "fue consciente que se cernía sobre él un gran silencio", ese silencio es la claridad mental a pesar de lo difícil de la situación, lo que le ayuda a superarla, pues no sucumbe a la desesperación. La desesperación bloquea, impide actuar o nos hace reaccionar de forma instintiva, violenta, irracional. También en la situación de euforia ante la victoria el Rey fue consciente de que la euforia pasaría y pudo disfrutar de la victoria con claridad mental, sin dejarse llevar por la euforia y la soberbia del momento.
Hay cosas que podemos cambiar, mejorar, podemos esforzarnos y avanzar. Pero también hay veces en las que no podemos hacer nada porque no depende de nosotros. En la vida suceden fatalidades que no podemos cambiar, frustraciones cuando las cosas no salen como nos gustaría, esto nos puede generar rabia, rencor, una tristeza profunda, bloquearnos y para poder superarlo hemos de templar nuestras emociones y aceptar que hay cosas que no podemos cambiar.
A partir de la aceptación podremos recuperar la claridad y serenidad para seguir avanzando.
El luchar contra lo que no nos gusta, quedarnos en el rencor y la rabia de que las cosas no sean como esperamos, nos hace más desgraciados: hemos de aceptar tanto lo malo como lo bueno, pues al final todo pasará y lo importante es disfrutar del camino.
Yo también he estado antes en el lugar que estás tu ahora. Cuando empecé con mi sueño de montar mi propia Clínica Médica y era el Director Ejecutivo, no sabía cómo cumplir con mis responsabilidades en el trabajo y estar a la vez presente en casa con mi familia. Sin embargo, después de hacer cambios en mi productividad, establecimiento de objetivos y liderazgo, pude llevar a mi empresa hacia adelante superando una recesión económica en la que estaba inmerso el país y obtener resultados positivos; y todo ello mientras llegaba a casa a tiempo para cenar con mi familia cada noche.
Ahora enseño los mismos principios que ayudaron a mi liderazgo, junto a mi equipo, aquí en CIME Academy.
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Dr. Manuel Rubio Sánchez
Médico Estético