Libro: “Las 48 leyes del Poder”
Una vez que te hayas propuesto ascender al poder la primera ley que tienes que aprender es:
Ley Nº 1 – Nunca le hagas sombre a tu amo.
Lo peor que puedes hacer cuando estés queriendo escalar posiciones en tu trabajo o en cualquier actividad donde tengas una figura vertical en el organigrama de poder es demostrando tu superioridad en talento y capacidad a tus superiores. Lo que ocasionarás al querer impresionarlos será el efecto opuesto al deseado, inspirarás temor e inseguridad en tus superiores. En el mundo de las organizaciones esto es conocido como “el síndrome de cronos”, la persona que padece este síndrome es aquella persona que al ascender a un cargo de poder se aferra en mantenerlo en una forma enfermiza y hace todo lo que está a su alcance para evitar ser desplazado; esto también lleva a estas personas a someter y manipular a sus subordinados evitando que se desarrollen y que generen nuevas ideas. La forma de hacer que esta ley trabaje para ti es haciendo sentir a tu superior más talentoso de lo que en verdad es, de esta manera no se sentirá intimidado y ganarás su simpatía.
Ley Nº10 – Peligro de contagio.
Evita a los perdedores y a los desdichados, ya que los estados de ánimo son contagiosos y tóxicos. Como una enfermedad infecciosa las personas que son desdichadas y perdedoras son artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla. A menudo estas personas se presentan como víctimas, lo cual puede ser que las cosas que lo llevaron a su desgracia sean autogeneradas inconscientemente. Nosotros adquirimos los problemas de la demás gente y nos convertimos en ellos.
La forma de hacer que esta ley sea útil para nosotros es estando alerta e identificando a estas personas y una vez identificadas no les tengas lástima ni intentes ayudarlas porque no cambiarán su forma de pensar, pero tu te puedes contagiar de ellos. Haz lo contrario, asociarte a gente feliz y afortunada es la regla más básica de la vida y gracias a ello te verás más beneficiado que con cualquier otra terapia.
Ley Nº 13 – Cuando pidas ayuda, no apeles a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo.
Esto es algo muy parecido a los principios que enseña Dale Carnegie en su libro “Como ganar amigos e influir sobre las personas,” cuando dice que cuando quieras obtener algo de los demás hay que despertar en ellos un deseo vehemente, nunca dependas de favores que hayas hecho en el pasado, la gratitud es algo que se olvida y que con frecuencia se ignora. Cuando quieras un favor de alguien deberás de apelar a su egoísmo y de alguna manera beneficiarlo.
La forma de hacer que esta ley trabaje para nosotros es primero dar algo a cambio para entonces conseguir tu propósito.
Ley Nº 18 – No construyas fortalezas para protegerte: el aislamiento es peligroso.
Maquiavelo decía que desde su perspectiva estrictamente militar aislarse en una fortaleza es un error. Una vez que usted se encuentre solo y aislado en su fortaleza todo el mundo sabrá que usted está allí y la fortaleza se convertirá en su prisión pues es usted vulnerable a pestes y enfermedades contagiosos a las que no podrá atender ni erradicar con éxito. La forma de utilizar exitosamente esta ley es como lo hizo Luis XIV cuando ascendió al trono después de que Francia estuvo envuelta en diferentes revueltas instigadas por la nobleza. Una vez construido el palacio de Versalles decidió ponerse en el centro de aquellos poderos conspiradores, viviendo y conviviendo con ellos en el día a día, de esta manera tuvo la oportunidad de vigilar personalmente a todos los habitantes del palacio y de primera mano enterarse de cualquier conspiración que se tuviera en su contra; de lo contrario si él se hubiera aislado de la poderosa nobleza hubiera generado más resentimiento contra la corona y habrían conspirado una nueva revuelta.
Por la naturaleza el ser humano es una criatura social y siempre debe estar rodeado de gente para sobrevivir, ponerse en contra de su naturaleza lo hace débil. Cuando estés en peligro en vez de ser introvertido y evitar a la persona que te quiere hacer daño busca y genera en treguas con nuevos aliados y muévete en diferentes círculos. Esta es la estrategia que se ha utilizado por muchos siglos entre los poderosos.
Ley Nº 23 – Concentra tus fuerzas.
Cuando se quiera obtener el poder utilizando esta ley hay que evitar dispersar nuestras fuerzas en diferentes puntos y hay que enfocarnos. Un ejemplo de esta ley es la de los Rothschild, una de las familias más famosas de banqueros judíos. El patrón de la familia había sido aislado en un gueto en las afueras de la ciudad de Frankfurt (Alemania) debido a las rígidas leyes que existían en esa época que le prohibían tener cualquier tipo de contacto con personas fuera de su religión. Él decidió concentrar sus esfuerzos en dos tareas: hacer una alianza con un importante hombre de negocios el cual era parte de la nobleza alemana y la segunda tarea fue que al hacer negocios no acudía a terceros para asociarse, sino que recorría a sus hijos y familiares cercanos. Los cinco herederos de la fortuna controlaron el negocio y las finanzas heredadas por su padre y decidieron expandirse a diferentes puntos de Europa convirtiéndose así en los banqueros más prestigiosos del mundo. El poder de los Rothschild provenía de la exclusión de extraños y para concentrar aún más sus fuerzas decidieron casarse exclusivamente con primas hermanas de la familia.
Ley Nº 24 – Desempeña el papel de cortesano perfecto.
El libro hace referencia a la vida cortesana, no importa si fue en Europa, en el imperio bizantino o en las cortes chinas; los tiempos no han cambiado. Según Maquiavelo las personas reaccionan como si el sol, los planetas, la luna hubieran cambiado su movimiento y potencia, y fueran diferentes a lo que fueron en el pasado. Se deben seguir las siguientes leyes para poder acceder al poder en la política cortesana:
- Evitar la ostentación para que tus acciones no llamen la atención y si estás planeando atacar no despertar sospechas.
- Se frugal con tus elogios, no seas excesivo con tus elogios pues al hacerlo con mucha frecuencia pierden su valor.
- Hazte notar, ya que si no te haces notar entre los demás cortesanos nunca podrás acceder al poder.
- Nunca presumas de amistad o intimidad con tu amo, es necesario que tu amo haga esa distinción pues puede despertar envidia entre los demás
- Nunca critiques directamente a quien se halla por encima de ti, es preferible ser precavido y sutil que pecar de lo contrario.
Ley Nº 27 - Juega con la necesidad de la gente de tener fe en algo para conseguir seguidores incondicionales.
Esta ley ha sido utilizada durante muchos años por líderes, demagogos y populistas. Adolf Hitler utilizó esta ley para llegar al poder después de la primera Guerra Mundial. Alemania había caído en una profunda crisis económica, política y social que parecía muy difícil de librar. En esta época existían los beerhouse, que no eran bares como podríamos pensar sino lugares en donde se intercambiaban ideas y debates políticos, los cuales fueron utilizados por Adolf Hitler para crear el partido nacional obrero alemán o mejor conocido como el partido nazi. Esta sería la plataforma que utilizaría en su ascenso al poder y la primera gran técnica que utilizó fue: la vaguedad y la indefinición como dos grandes imanes junto con un discurso ultranacionalista plagado de demagogia. Decía que una vez que llegara al poder el pueblo alemán fortalecería el ejército, acabaría con el desempleo y con la tiranía de los judíos quien en esa época en Alemania concentraban la mayor parte de la política y el comercio; promesas a las cuales nunca les dio un cauce específico pero su discurso era apasionado y vigoroso el cual atraía a las masas. Una vez que su movimiento tomó más popularidad llevó a cientos de seguidores a protestar a las calles de Munich por lo cual fue arrestado, esto fue el momento en donde escribió su famoso libro “Mi lucha”, convirtiéndose así en un mártir y en un ídolo para el pueblo por sus ideales ultraderechistas y nacionalistas, creando así millones de seguidores a lo largo y ancho de Alemania, los cuales le seguirían ciegamente hasta las más horribles y atroces políticas como la del exterminio de los judíos.
La forma en la que podemos hacer que esta ley trabaje para nosotros es buscando la forma de atraer la voluntad de la gente y hacerlos imaginar que pueden obtener todos esos beneficios. Una vez que te se hayas metido en el colectivo de la gente, te convertirás en un profeta, un dios o un genio.
Ley Nº 33 – Descubre el talón de Aquiles de los demás.
Los individuos como las grandes murallas y fortalezas tienen fisuras en su estructura por las cuales se pueden destruir. Tu tarea será encontrar en los individuos esa debilidad para poderla usar a tu favor.
Un ejemplo de esta ley fue cuando el rey Enrique II de Francia murió y Catalina de Médici, generala, reina y madre de los sucesores al trono, se tuvo que hacer cargo de la corona, lo cual era un signo de debilidad ya que sin la figura del rey serían vulnerables a ataques por parte de sus enemigos. Catalina identificó a sus dos más grandes enemigos, Antonio y Luis de Borbón del Reino de Navarra, y en un acto muy audaz nombró a Antonio de Borbón como teniente general del reino. Este cargo lo obligaba a vivir en la corte cosa que Catalina utilizó a su favor para identificar sus debilidades y, al darse cuenta de que Antonio tenía una gran debilidad por las mujeres, Catalina envío a la mujer más hermosa de la corte para seducirlo y espiarlo. Una vez que Antonio estaba locamente enamorado de esa mujer Catalina envió a esa misma mujer a seducir a su hermano Luis, causando una ruptura entre los dos hermanos. Este acto maquiavélico logró separar a los dos hermanos evitando así que unieran sus fuerzas en contra de Catalina.
La conclusión de esta ley es que conocer la debilidad de tu oponente te permitirá crear una estrategia para atacarlo.
Ley Nº 34 – Actúa como rey para ser tratado como tal.
Esta Ley tiene gran resonancia con la historia de Cristóbal Colón. Todos conocemos la historia del descubridor de América, pero necesitamos también comprender cómo obtuvo financiamiento de la Reina Isabel la Católica gracias al cual pudo descubrir América. El verdadero origen de Cristóbal Colón es que provenía de una familia humilde en la que su padre se dedicaba a vender quesos, pero el nunca se sintió intimidado o disminuido o inferior a ninguna persona. Colón busco la forma de entrar en el mundo de los más grandes aristócratas de la época con una falsa historia que repitió constantemente diciendo que provenía de una familia noble genovesa. En busca de mejor fortuna se fue a Lisboa y por medio de una actitud de superioridad y enigmática presencia logró adentrarse a la nobleza portuguesa eventualmente. Colón se casaría con una mujer de la corte con fuertes conexiones a la corona y utilizando las conexiones de su esposa logró entrevistarse con el rey de Portugal para solicitar financiamiento para el proyecto de buscar nuevas rutas para llegar al lejano oriente. Solicitud que fue negada por el rey, pero el rey se sintió cautivado por la gran presencia y seguridad que Colón tenía y así se lo hizo saber. A pesar del intento fallido para conseguir financiamiento en Portugal, Colón se dirigió a España utilizando las mismas técnicas y en ese caso su solicitud fue bien recibida por la Reina Isabel, logrando así su objetivo.
La forma de utilizar esta ley es dirigiéndose a los demás como lo hizo Cristóbal Colón, porque a pesar de que Colón era un mediocre, sabia menos del mar que otro navegante, era un mal líder y con frecuencia confundía continentes con pequeñas islas y viceversa, era un genio en el arte de venderse, de él emana una sensación de confianza y seguridad que no tenía relación con sus orígenes o recursos económicos; en nuestras manos está emanar una gran seguridad al dirigirnos con personas de gran poder. Si haces lo que hizo Colón no dudes que llegarás a la cima del poder.
Ley Nº 39 – Revuelve las aguas para asegurar una buena pesca.
Cuando quieras llegar al poder habrá muchos enemigos que intenten sacarte de sus casillas, de hacerte enfadar y cuando esto suceda debes acordarse de esta ley, porque atacar a tus enemigos cuando se está enfadado o motivado por otro tipo de emociones es contraproducente y lo único que lograrás será debilitar tu poder y perderás el respeto de tus seguidores. Recuerda que para tomar decisiones se debe ser siempre frío y calculador.
Un ejemplo de esta ley fue cuando Napoleón había regresado a Paris después de haber estado varios meses al frente de batallas y sus espían habían descubierto que en su ausencia dos de sus hombres más cercanos habían conspirado en su contra. Napoleón al darse cuenta de este complot no reaccionó como el gran emperador y líder del ejército más exitoso de Europa, sino que se comportó como un niño encolerizado difamando a los conspiradores en público y en frente de sus hombres más cercanos, nublado por su irá mandó expulsar de la corte a estos dos hombres en vez de encarcelarlos o fusilarlos, los cuales habrían sido castigos más apropiados para este acto de traición. Pero los militares y otros testigos que presenciaron este acto infantil por el emperador perdieron el respeto de Napoleón ya que no supo controlar sus emociones en un momento de ira. Esta noticia recorrió lo largo y ancho de Francia y el pueblo francés perdió la confianza que había depositado en él. Esta actitud sería el principio del fin de Napoleón pues en años posteriores se enquistaría en una guerra absurda contra Rusia y consecuentemente perdería la batalla de Waterloo de la cual nunca se pudo recuperar.
La forma de hacer que esta ley trabaje para nosotros es haciendo lo contrario a lo que hizo Napoleón: mantener la cabeza fría y no dejarse llevar por provocaciones, ya que lo único que conseguirás será debilitar tu influencia y nublar tu toma de decisiones.
Ley Nº 46 – Nunca te muestres demasiado perfecto.
Hay que recordar que las leyes que se muestran en este libro no son sólo para ser ejecutadas sino también para saber defenderse de las personas que quieren usarlas en tu contra. A medida que estás descargando posiciones de poder inevitablemente causarás envidias en muchas personas. Recuerda que el éxito es anhelado por muchas personas, pero alcanzado por muy poca.
Deberás seguir dos estrategias para utilizar esta ley a tu favor:
- Acepta que siempre habrá individuos superiores a ti y acepta que puedes llegar a envidarlos, pero no dejes que ese sentimiento envenene tu alma. Utiliza estos sentimientos para motivarte e impulsarte a superar a esa persona algún día.
- Debes comprender que a medida que vayas ganando mayor poder quienes están por debajo de ti lo envidiarán y pondrán obstáculos en tu camino para provocar tu caída. En muchas ocasiones estas envidias pueden ser ocasionadas por uno mismo, por lo que es mejor evitar ser ostentoso en público, muéstrate sencillo y respetuoso con los demás.
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Dr. Manuel Rubio Sánchez
Médico Estético