Comentario sobre “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”

Acerca del autor

Dale Carnegie fue un empresario y escritor estadounidense de libros que tratan sobre relaciones humanas y comunicación eficaz. Carnegie fue promotor de lo que en la actualidad se conoce como asunción de responsabilidades, aunque esto sólo aparece puntualmente en sus escritos. Una de las ideas centrales de sus libros es que resulta posible cambiar el comportamiento de los demás si cambiamos nuestra actitud hacia ellos. Carnegie reconoció que muchas personas, incluyéndolo, se detenían por los miedos, dudas y falta de recursos de aprendizaje.

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El libro fue escrito por Dale Carnegie en 1936 y algunas de sus enseñanzas han pasado de generación en generación, sirviendo de gran ayuda para aquellos que buscan establecer conexiones y generar impacto positivo en las personas.

1. Interésate genuinamente en las demás personas. En muchas ocasiones cuando tenemos una conversación caemos en el error de solamente hablar de nuestros intereses y le damos muy poco espacio a las demás personas para que expresen sus ideas, pero si realmente quieres establecer una conexión más cercana con alguien debes aprender a tener conversaciones que involucren temas que sean de su completo interés, de esta manera puedes establecer una conexión más cercana con la otra persona. En el libro se describe la historia del tío Theodore Roosevelt quien siempre que tenía una reunión con una persona se dedicaba la noche anterior a investigar acerca de qué tema le interesa a su huésped para de esta manera poder tener una conversación activa con sus invitados. Es evidente que en la mayoría de ocasiones no vamos a poder saber con antelación cuales son los intereses de las personas, pero si podemos ser buenos oyentes y animar a los demás a que hablen de sí mismos; de esta manera puedes identificar cuáles son sus más grandes intereses. Mantener una conversación fluida con otras requerirá que tengas conocimiento en ciertos temas, por eso es importante leer frecuentemente ya que de esta manera podrás conversar más activamente y la conversación se puede tornar más interesante.
2. No criticar. A las personas no les gusta recibir críticas destructivas, esto no ayuda a fortalecer las relaciones. Hay que evitar a toda costa lanzar una crítica que pueda destruir las relaciones que tienes con las demás personas. Cuando vayas a expresar alguna disconformidad trata de hacerlo de una manera constructiva que brinde a la otra persona la posibilidad de mejorar gracias a tu retroalimentación. Si quieres hacer una observación hazlo de manera amable y expresando primero un cumplido, de esta manera evitarás que la otra persona sienta resentimientos hacia ti.
3. Recuerda el nombre de las demás personas. Para recordar los nombres de una manera más sencilla debemos de repetirla, por ejemplo: si alguien que no conoces te dice “Hola mi nombre es Jorge” después puedes decir “Jorge mucho gusto en conocerte”. Este ejercicio ayuda a memorizar el nombre, la idea aquí es hacer un esfuerzo extra y poner toda nuestra atención en mejorar este aspecto ya que es muy importante en las relaciones sociales.
4. Exprésate bajo los intereses de los demás. Si quieres que alguien haga algo por ti debes expresarle que beneficios obtiene si realiza la acción, por ejemplo: si estás buscando un empleo y en tu entrevista de trabajo empiezas a decir que quieres que te contraten porque así obtendrás más experiencia, porque podrás enriquecer tus habilidades practicando todo lo que has aprendido, seguramente a tus posibilidades con el entrevistador serán limitadas; pero si por el contrario dices algo como por ejemplo “se que esta empresa está buscando incrementar sus ventas y tengo los conocimientos comerciales que me permiten diseñar estrategias que harán posible dicho crecimiento”, esta respuesta no te garantiza el éxito pero seguro que si tendrás más posibilidad de obtener el empleo que si te expresas bajo tus intereses primero. Por eso cuando alguien haga algo por ti es importante poner sus intereses por encima de los nuestros. Esta también es una fórmula de éxito en cuanto al emprendimiento, por ejemplo: si voy ofrecer al público un producto que he creado siempre debo ponerme en la posición del consumidor, cómo beneficia mi producto, cómo le hace la vida más fácil; si lo haces de esta manera seguramente las personas lo adquirirán y será un producto exitoso que da influencia en la vida de muchas personas. Veámoslo por ejemplo en el caso de Napoleon Hill que para escribir su libro “Piense y hágase rico” necesitó de aproximadamente 20 años, sin duda este autor puso primero los intereses de los demás para crear un material que pudiese ser aprovechado por muchas personas. Tanto esfuerzo dedicado a la escritura de este libro es lo que ha hecho que aún después de 80 años de su publicación inicial aún siga siendo uno de los más populares en cuanto a desarrollo personal. No pienses sólo en tus intereses ya que si creas algo exclusivamente con el ánimo de tener fama o fortuna lo más probable es que ese producto pase desapercibido y no tenga un recibimiento favorable por parte del público.
5. Hablar primero de tus propios errores antes de citar los de los demás. Para entender esta idea vamos a decir que tienes una habilidad en la cual tienes bastante conocimiento y te dispones a enseñárselo a otra persona, si ves que la persona a la que le estás enseñando está cometiendo muchos errores no lances críticas a sus desaciertos; en lugar de ello expresa empatía, dile cosas como “yo también he estado en esa posición de principiante y también solía cometer ese tipo de errores, por lo que tienes que tratar de mejorar en este aspecto”, seguramente de esta forma obtendrás un aprecio sincero de la otra persona. Esto parece sentido común pero hay profesores o instructores que solamente expresan disconformidad cuando no hacemos las cosas bien y por lo general a este tipo de personas no las recordamos de la mejor manera, sólo guardamos aprecio y gratitud con aquellos que han expresado empatía y comprensión en nuestro proceso de aprendizaje; por eso debemos siempre recordar que si ahora tenemos un conocimiento amplio en algo, alguna vez estuvimos en la misma posición de aquel que apenas está aprendiendo y si deseamos hacer alguna observación de algún error será mejor expresarlo haciéndole saber a la otra persona que también hemos cometido nuestros propios errores.
6. Expresa aprecio sincero. A todos nosotros nos gusta que las personas expresen sentimientos positivos hacia nosotros, sentimientos que vengan del corazón. Expresa cumplidos sinceros, pero no hay que confundir eso con la adulación, que supone expresar cumplidos a las otras personas, pero cuando hay un interés de por medio. Por lo general los seres humanos siempre podemos distinguir cuando alguien nos elogia genuinamente y cuando lo hace solamente por conveniencia.
7. La única forma de sacar lo mejor de una discusión es evitándola. Es importante saber que ninguno de nosotros tiene verdades absolutas y es muy posible que en muchas ocasiones no tengamos la razón, por lo que cuando caigas en cuenta de un error reconócelo. Si sientes que tienes la razón nunca digas tajantemente a la otra persona que está equivocada, mejor muestra respeto por sus opiniones, examina detalladamente los hechos y trata de llegar a un consenso de manera amigable.

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Dr. Manuel Rubio Sánchez

Médico Estético