Libro: “Tus zonas erróneas”

Cuando pensamientos negativos como la culpa, la preocupación y la ansiedad surgen en tu mente, acaban nublando tu visión, ya que al experimentarlos tu camino comienza a ser guiado por estas fuerzas internas negativas que te llevan a cometer acciones erróneas.

Libro: “Tus zonas erróneas”

Libro: “Tus zonas erróneas”

Cuando pensamientos negativos como la culpa, la preocupación y la ansiedad surgen en tu mente, acaban nublando tu visión, ya que al experimentarlos tu camino comienza a ser guiado por estas fuerzas internas negativas que te llevan a cometer acciones erróneas. Poco después te das cuenta de que esas acciones te traen consecuencias dolorosas, y que ese sufrimiento sigue alimentando tus pensamientos y el ciclo se repite.

En este libro el autor nos habla de cómo identificar las zonas erróneas que están afectando nuestra vida y de cómo integrar nuevas y mejores maneras de enfrentar nuestros retos, además nos permitirá observar los patrones que se están repitiendo una y otra vez sin darnos cuenta para modificarlos y alcanzar un mayor bienestar. Al comenzar a cuestionar esos pensamientos negativos y reconfigurar la estructura de tu ser, te darás cuenta de que no sólo mejorarás tu relación con las demás personas sino también tendrás acceso a una mejor relación contigo mismo.

 

Todo comienza con el deseo de hacer un cambio en tu vida y querer seguir creciendo, para ello los puntos más resaltantes del libro son:

 Empieza por hacerte cargo de ti mismo

Tu tienes el gigantesco potencial de hacer cosas importantes y significativas, sin embargo, tienes que darte cuenta de que el crecimiento sólo depende de ti. Los libros y los mentores sólo te pueden acompañar en este camino, pero tu tienes que tomar la responsabilidad de recorrerlo. Tenemos dos opciones muy claras:

  1. Elegir el camino de la comodidad y seguir cayendo en zonas erróneas toda tu vida
  2. Querer hacer un cambio consciente, retar a nuestros pensamientos negativos y modificar los patrones para cumplir con nuestro potencial.

Depende de nosotros qué opción tomar. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y comprometernos con nuestra decisión.

 

  • Alimenta tu amor propio:

Hay una imagen que surge de nosotros mismos sin importar lo que digan los demás, y somos nosotros los que estamos valorizando esa imagen. Ten cuidado con la manera en la que te tratas, tienes que comenzar a eliminar todo elemento que te haga una víctima, acepta completamente quien eres y empieza a cultivar un amor profundo por esa imagen. El valor de tu vida no está ligado ni a tu apariencia, ni a tu inteligencia, ni a tu comportamiento, ni a tus riquezas, ni a tus sentimientos, ni a tus logros; sino que simplemente está ligado al hecho de que aquí estás, existes, estás vivo y eres parte de este universo. Acepta esta realidad y comienza a volcar tu amor hacia esta imagen de ti mismo.

  • Deja de buscar la aprobación de los demás:

Al desarrollar los dos puntos anteriores nos daremos cuenta de que nosotros somos dueños de nuestras decisiones, por lo tanto, es de suma importancia que dejemos de alimentar el deseo de agradar a los demás, ya que el buscar aprobación externa puede limitar nuestros sueños y paralizar nuestra vida. Si nuestra autoestima está ligada a nuestra propia valoración no necesitaremos que otros nos digan cuanto valemos. El desarrollo personal requiere que nosotros tomemos las decisiones basadas en amor y crecimiento en lugar de reacción a nuestro entorno por miedo y presión social. 

  • Despídete del pasado:

Mucho cuidado con ponernos etiquetas que limiten nuestro crecimiento, si por ejemplo decimos “así soy yo y nunca cambiaré”, “siempre es lo mismo y no hay nada que pueda hacer” o “es mi forma de actuar y no puedo cambiar”. Por más normales que parezcan estas ideas son increíblemente peligrosas para nuestro desarrollo personal. A lo mejor alguien que admirábamos nos criticó en el pasado y adoptamos una etiqueta a la que nos hemos aferrado toda la vida; de esta forma nacen las creencias limitantes que nos impiden hacer los cambios que necesitamos para cumplir con nuestro potencial. En lugar de justificarnos con etiquetas pasadas démonos cuenta de que ahora en el presente podemos decidir cambiar nuestra forma de actuar. Cuando nos enfrentemos con una creencia limitante que queramos eliminar recordemos este pensamiento “yo elijo cambiar y ser de esta manera”, recordemos que nosotros somos producto de nuestra decisión. 

  • Identifica las dos emociones más peligrosas e inútiles:
    1. La culpabilidad, puede ser una emoción positiva si permitimos que nos guie para darnos cuenta de que dañamos a alguien y con ese entendimiento podamos hacer algo para reparar la situación, sin embargo, existe una culpabilidad corrupta que nos castiga durante muchos años, aunque sintamos culpabilidad de algo pasado probablemente ya no tengamos el control para cambiarlo. Aprendamos a perdonarnos si es necesario y no permitamos que esa culpa arruine nuestra vida.
    2. La preocupación, esta emoción tóxica que muy rápido puede salirse de control, es un mecanismo que desencadena alucinaciones y fantasías negativas del futuro, que sólo te distraen de lo que tienes que hacer ahora mismo. No permitas que tu mente se deje llevar por pensamientos negativos que no aportan nada, en lugar de eso entrénala para poder crear planes de acción de forma enfocada que nos permitan actuar de la mejor manera. No busquemos distraernos en las preocupaciones. 
  • Explora lo desconocido:

El crecimiento es una necesidad que tenemos todos los seres humanos, queramos reconocerlo o no nos causa emoción adentrarnos en la aventura de la vida. Este crecimiento sólo puede ocurrir al experimentar novedades y el principal enemigo de esto es el miedo a fallar. Nuestra zona de confort nos mantiene anclados a lo que ya conocemos, a lo seguro, sin embargo, la gente que se mantiene estancada en una vida cómoda no puede crecer. Nuestras creencias limitantes son los muros que no nos están permitiendo movernos, busquemos la valentía para salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en áreas novedosas. En este punto probablemente experimentemos inseguridad, ansiedad o miedo a la opinión de los demás, pero también reconoceremos que es en este punto en donde estamos creciendo sintiéndonos vivos y desarrollando todo nuestro ser.

 

  • Rompe con las barreras del convencionalismo:

La cultura y la sociedad en donde crecimos ha estado inculcándonos un “debes de ser de esta manera”. La tradición tiene muchos beneficios sin embargo es importante que desarrollemos una mente critica. No nos dejemos llevar por la marea cultural, en lugar de eso cuestionemos: ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿cuáles son los valores más importantes en nuestra vida?, ¿cuál es el propósito de este momento? Estas preguntas nos harán parecer fuera de lo normal, porque la gente comúnmente no se pregunta estas cosas; sin embargo en este camino de crecimiento es de suma importancia que cuestionemos lo que hacemos y no sigamos conformándonos ciegamente a lo que la sociedad nos está imponiendo. 

  • Ten cuidado con la trampa de la justicia:

Al observar el mundo puede ser que despierte en nosotros muchas emociones negativas causadas por la injusticia. Debemos estar muy atentos porque sino en nada que podamos hacer al respecto sólo comenzaremos a alimentar nuestro rencor e ir contra el mundo y esto acabará dejándote sin energía y con un profundo dolor que no puede sanar. Tener hambre de justicia no es algo que sea malo, pero si contamina nuestra mente con una sobreinformación en redes sociales y televisión. Puede llegar a tres puntos erróneos:

  1. Es que ante tal impotencia sólo queda enfadarte y frustrarte contigo mismo por no tener la capacidad de hacer algo al respecto
  2. Podemos obsesionarnos ciegamente por aplicar nuestra justicia sin importar a quien tenga que lastimar para imponerla
  3. Incluso que te olvides por completo de la justicia y te justifiques para no hacer nada al respecto

Lo ideal es que puedas vivir una vida justa dentro del espacio que está a nuestro alcance, es decir, intentar vivir de la manera más justa en nuestro trabajo, en nuestras relaciones y en nuestra comunidad.

  • Deja de procrastinar:

Esto significa que postergamos las actividades importantes que tenemos que hacer y las reemplazamos por actividades placenteras que nos distraen momentáneamente. La procrastinación es el resultado de distintas experiencias que estamos buscando evitar entre ellas: la confrontación, la incomodidad o, muy frecuentemente, el miedo al fracaso; sin embargo, si queremos lograr nuestros sueños tenemos que comenzar a ejercer disciplina y actuar a pesar de experimentar estas sensaciones. Para esto hay tres pasos que podemos seguir:

  1. Haz una lista de actividades más importantes que tienes que hacer y márcalas en un calendario
  2. Aléjate de todas las distracciones y no permitas que tu mente te lleve a evadir tu compromiso
  3. Cuenta 5, 4, 3, 2, 1, ¡ya! Cuando termines la cuenta regresiva comienza a actuar inmediatamente, recuerda que el principio de toda actividad es lo más complicado, pero una vez que empieces tus ganas de postergar ya disminuyeron. 
  • Proclama tu independencia:

Esto significa que aceptas la libertad de ser quien tu decidas ser. Existe un gigantesco problema en nuestra sociedad: la dependencia emocional en nuestras relaciones. Si estamos en una situación en donde el amor es forzado esto crea una rigidez que al final se convierte en obligación. El amor obligado no puede funcionar a largo plazo, este tipo de amor sólo crea resentimiento, dolor y al final rebeldía, que acaba corrompiendo toda la relación; en cambio, tenemos que buscar que nuestras relaciones estén alimentadas por un amor libre, que esté basado en la decisión de querer amar sin ninguna condición, un amor que sea paciente y no necesite nada a cambio. Busca construir relaciones interdependientes entre individuos independientes que quieran celebrar uniones verdaderas. 

  • Despídete de la ira:

La ira tiene el poder de destruir por completo nuestras relaciones y dejarnos aislados de las personas que más amamos. Cuando experimentemos algo que desencadena nuestra ira recuerda que fundamentalmente nosotros tenemos la capacidad de elegir cómo actuar, no permitamos que la emoción tome posesión de nuestro ser, deja que esa rabia pase, obsérvala pero no permitas que controle tus acciones. Poco a poco nos daremos cuenta de que la ira va disminuyendo, al hacerla consciente nos damos cuenta de que en principio esta emoción la utilizas para manipular, para hacer sentir culpable y en general para proteger nuestro orgullo. Una vez que nos demos cuenta de que vivir sin desatar nuestra ira nos permitirá más estabilidad emocional y menos frustraciones, nos hará recuperar esa energía que previamente era desperdiciada y a utilizarla para seguir creciendo personalmente.

 

 

Si quieres conocer más acerca de nuestra propuesta de formación en medicina estética te animamos a que te pongas en contacto con nosotros. Resolveremos tus dudas y te asesoraremos en lo que necesites.

Dr. Manuel Rubio Sánchez

Médico Estético

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